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Aprendemos a amar como nos han amado, y para muchos de nosotros el tipo de apego y vínculo que hemos interiorizado no es el más saludable y seguro.
No queremos repetir errores, no queremos generar inseguridad ni miedo, pero a veces, se vuelve inevitable.
Y es que la tarea de educar y criar no es sencilla y no es algo que se aprenda de la noche a la mañana ¿verdad?…
La etapa infantil es especial, registramos emocionalmente absolutamente TODO, pero de un modo inconsciente, poco queda en la consciencia de estos momentos.
La educación emocional se ha puesto de moda, está en boca de muchos pero en uso de unos pocos.
El sistema educativo imperante sigue estando bastante obsoleto, lo cual, requiere especial esfuerzo y conciencia por parte de los educadores en el ámbito familiar y social.
La inteligencia emocional se vuelve entonces una semilla que poner a germinar para que florezca.
En la infancia se aprende constantemente a nivel inconsciente, como te cuento, retenemos y nos identificamos con elementos familiares y sociales que nos rodean sin cuestionar.
A medida que crecemos, nuestras identificaciones, patrones y creencias van tomando poder de nuestras decisiones y no recordamos en un nivel consciente de dónde emergen.
Es por esto mismo, que comenzar a cuestionar cuando vamos alcanzando mayor nivel madurativo es la base para nuestro crecimiento personal.
La inteligencia emocional, entonces, para el bienestar de un corazón feliz y saludable, se desarrollará a lo largo de nuestra vida, cuanto antes comencemos, mayor crecimiento obtendremos.
“LA INFANCIA SE VUELVE LA ETAPA DE MAYOR INFLUENCIA A NIVEL DE CONDUCTA Y PERSONALIDAD”.
Un corazón feliz, es un corazón saludable.
Un corazón feliz, es un alma en desarrollo constante.
Si buscamos criar a pequeños con corazones felices, educando en la emoción, no debemos dejarnos nada para después, ni tan siquiera nosotros mismos…
¿Estamos educados para poder educar?
Aquí empieza el kit de la cuestión…
Todo está en tu mano, en tu propio compromiso con tus decisiones.
Pues estarás de acuerdo conmigo en que:
SIN EMOCIÓN NO EXISTE APRENDIZAJE.
Por tanto ¿Qué mejor, que entender nuestras emociones?
Las emociones tienen el poder de crear síntomas –¿Cómo es esto?–
Fácil, cuando reprimimos y no atendemos nuestras emociones, estos se convierten en síntomas con la finalidad de pedirnos ATENCIÓN. Pues finalmente, el síntoma siempre consigue algo: Que estemos pendiente de él, nos roba la energía creativa, la energía la centramos mal, ¡En eliminar el síntoma!, en vez de entender su significado. Por tanto nos veremos obligados a la AUTOINDAGACIÓN, en el cual el síntoma se vuelve un aliado, pero…
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¿Por dónde comenzamos?
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- Por el conocimiento de nuestras propias emociones: Conócete a ti mismo.
La incapacidad de reconocer nuestros verdaderos sentimientos y nuestras verdaderas emociones, nos deja a merced de ellas.
2. La conciencia de uno mismo: Demorar la gratificación y sofocar la impulsividad, desarrollar un FLUJO de habilidad, un estado de flow emocional, adecuando nuestras emociones a la situación, aprender a relativizar.
3. La capacidad de automotivación: Ser capaces de mantener la atención y el foco, sofocar la impulsividad y demorar la gratificación. Generar disciplina y aprender a no rendirnos ante nuestros sueños e impulsos esenciales.
4. El reconocimiento de emociones ajenas: Pon a trabajar tus neuronas espejo, desarróllate bajo el sentido de la empatía.
5. Habilidad en las relaciones: Crear relaciones saludables y vinculaciones NO dependientes. Cultivar las relaciones interpersonales de forma armoniosa.
Poner la consciencia en uno mismo, en nuestros estados internos es el mejor consejo que te puedo regalar, si hablamos de educación emocional y bienestar para el alma y el corazoncito.
- Estar atento a los estados emocionales significa NO REACCIONAR a ellos y no JUZGARLOS.
- Estar atento a los estados emocionales NO SIGNIFICA atraparse en ellos practicando el autosaboteo, la crítica o la resignación.
El punto de partida para desarrollar la inteligencia emocional desde un punto psicoterapéutico es el siguiente:
- Identificación e introspección.
- Reevaluación y capacidad de desembarazarse de los estados de ánimo negativos.
- Reestructuración e integración de creencias así como educación en nuestro diálogo interno.
Como señaló Gardner sobre las aportaciones de Freud:
“Gran parte de nuestra vida emocional es inconsciente
y nuestros sentimientos, no siempre logran cruzar el umbral de la conciencia.
Cualquier emoción puede ser y es (normalmente) inconsciente”.
Así es que… ya lo sabes, para empezar a educar en EMOCIÓN, pregúntate si la primera persona por la que debes comenzar, es por ti,
para ser el guía de los más pequeños.
YA SABES,
si quieres, te puedo acompañar en este proceso,
para ti mismo
y
para ti, con los más pequeños.
Nos leemos pronto,
Nerea Sánchez
✍️
[Analista]
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
- S. Freud / Los textos fundamentales del psicoanálisis/ Editorial Altaya, Grandes obras del pensamiento/ 1993.
- D. Goleman / Inteligencia Emocional/ Editorial Kairós/ 2004.
- T. Dethlefsen y R. Dahlke / La enfermedad como camino/ Edit. Penguin Random House/ 2020.
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