Alguna vez te has preguntado… 

¿Por qué mi pequeño/a vuelve a portarse mal?
¿Cuál es el código que necesito para mejorar la comunicación con él/ella?

educar pedagógicamente, crianza respetuosa

Decía Alfred Adler lo siguiente : “El mejor conocedor del hombre será, sin embargo, de seguro el que haya pasado, él mismo, por todas las pasiones”.

Esto es conocerse  y, para ello, el dejar que aparezcan diferentes emociones en nuestro día a día con plena normalidad, comprendiendo de dónde vienen, qué vienen a decirnos y ponerle palabras a las emociones, así estaremos desarrollando la empatía.
La comprensión hacia nosotros y hacia los demás, poder entendernos y poder ponernos en el lugar de los demás.

Está demostrado que los castigos no son efectivos, pero además de no serlo, dañan en muchos casos la autoestima de  los niños/as.

¿No utilizar castigos?

Efectivamente, mi consejo sería pedagógicamente hablando, NO.

Pues ante los castigos, se pierde la autoridad, sólo se gana miedo y estrés.

Lo cierto es que cuando las personas entendemos y comprendemos las normas sociales, los códigos y los límites de una convivencia sana ya sea en el núcleo familiar, como en el social, no son necesarios castigos que inculquen amenazas y miedo a hacer las cosas.

Con el miedo, no fomentamos la toma de decisión, tampoco la responsabilidad de los propios actos… 

¿POR QUÉ NO?

Sencillo, porque a partir de los 3-4 años de edad, los niños/as son capaces de procesar las normas y por tanto empezar a desarrollar la capacidad de autogestión en los pequeños actos. 

La función de los adultos es la de explicarles las cosas, las consecuencias, PREVENIR, anticipar, y guiarlos hacia la conducta más afortunada.

Prevenir  sería una buena forma de que no sucedan ciertas cosas, como por ejemplo…

CONECTÁNDONOS CON NUESTRAS EMOCIONES

La conexión con nuestro interior, con las emociones se hace esencial para educar y servir de modelo ante las adversidades. Pues como modelos de adultos, es importantísimo servir la tarea de ayudar a que el pensamiento, la emoción y la acción vayan hacia una misma dirección, para reducir la disonancia y por tanto, también la inseguridad.

 Después de regalarte estas pautas, invitarte a la reflexión del modelo educativo que estás llevando a cabo, ya sea como papá, mamá, cuidador o educador/a, quiero invitarte a pasar a la ACCIÓN, aprender a educar con amor, consciencia y con modelos pedagógicos respetuosos, hacia el infante y hacia la familia.

APRENDIENDO A RESPETARNOS

Para terminar, sólo recordarte que el respeto es la base de cualquier relación, por tanto la raíz de un vínculo sano y equilibrado, parte del respeto mutuo.

La mejor manera de inculcar el respeto en nuestra vida, es ejerciéndolo.

Te invito a que seas patrón y modelo de ello.

Te propongo además, hablando de respeto, que no te olvides de respetar el tiempo de juego de los más pequeños, jugar.

Mientras juegan, interactúan con su mundo interior, dentro de su imaginación, puedes observar qué conductas repiten y cómo a través del juego simbólico le dan o le quitan importancia a según qué tipo de cosas.

Mientras juegan además, visualizan y se imaginan como les gustaría que se dieran las cosas de la vida.

Ahí comienza un bello aprendizaje, sumamos si fomentamos el momento de JUEGO y creatividad; Restamos si reprimimos, cohibimos y castigamos, por la falta de empatía hacia los más pequeños.

RECUERDA,

El respeto es esencial.

Toda una vida sin Amor no cuenta,

 el Amor es el Agua de Vida

 ¡bébela con el alma y el corazón! 

-Rumi-   

-Divan-i-Shams 1190-

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

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